Gestionar los excrementos humanos producidos por más de 7.000 millones de personas es una tarea ingente, y la contaminación procedente de las aguas residuales domésticas tiene un enorme impacto en la salud humana y el medio ambiente, e incluso contribuye al cambio climático. En un artículo publicado en Mongabay, Sean Mowbray estudia soluciones innovadoras para abordar la problemática relacionada con los excrementos humanos, en lo que respecta a la recogida y el tratamiento, pero también a la recuperación de nutrientes y agua dulce a partir de las aguas residuales.
Las aguas residuales insuficientemente tratadas pueden contaminar el medio ambiente con un exceso de nutrientes y sustancias tóxicas, y son una vía de transmisión de enfermedades transmitidas por el agua. Y no es sólo un problema de los países en desarrollo. El envejecimiento de los sistemas de saneamiento es un problema en muchas naciones ricas, al igual que los desbordamientos de sistemas unitarios de alcantarillado. Las redes de alcantarillado convencionales son sistemas unitarios que recogen tanto las aguas pluviales como las aguas residuales domésticas y las conducen a las plantas de tratamiento de aguas residuales. Los sistemas se ven desbordados en caso de fuertes lluvias y los efluentes no tratados se vierten al medio ambiente. Se trata de un problema heredado cuya solución es costosa. Una forma de hacerlo es aumentar la capacidad de almacenamiento del alcantarillado, pero incluso eso puede verse superado en caso de fenómenos extremos cada vez más frecuentes, impulsados por el cambio climático. Otras opciones son un mejor control de los caudales de aguas residuales, redes de alcantarillado separativas, ampliación de la capacidad de depuración y el uso de infraestructuras verdes para reducir la escorrentía.
Otra parte de la ecuación consiste en replantear el diseño de las zonas urbanas para una gestión sostenible del agua. Algunas empresas proponen el tratamiento y la reutilización del agua in situ en los edificios. Los sistemas descentralizados ofrecen opciones innovadoras para gestionar las aguas residuales. "En algunas zonas, estos [sistemas centralizados] no son eficaces y no pueden construirse debido a las circunstancias y a la falta de financiación", explica Riccardo Zennaro, experto en aguas residuales del PNUMA, y añade: "Por eso, ir a lo pequeño es la forma más eficaz".
Las soluciones basadas en la naturaleza –acciones para proteger, gestionar de forma sostenible y restaurar los ecosistemas naturales y modificados para hacer frente a los retos de la sociedad– incluyen las infraestructuras verdes, soluciones para la planificación urbana que suelen asociarse con la gestión de las aguas pluviales, como los humedales artificiales, los jardines de lluvia, los pavimentos permeables, etc. Proporcionan beneficios hidrológicos y de calidad del agua, pero también tienen otros beneficios ambientales y socioeconómicos, como proporcionar un hábitat natural para la vida silvestre, oportunidades recreativas, regulación de la temperatura, etc. Su potencial es enorme, pero algo que hay que tener en cuenta son sus requisitos de mantenimiento, logísticamente complejos, ya que normalmente hay muchos sitios pequeños dispersos en una cuenca.
Mowbray también nos invita a cambiar la forma de ver los residuos y considerarlos un recurso valioso, una noción recogida en lo que conocemos como economía circular. Un informe del PNUMA calcula que los excrementos humanos y las aguas residuales municipales a nivel mundial "contienen suficientes nutrientes para reemplazar el 25% del nitrógeno que se utiliza actualmente para fertilizar las tierras agrícolas en forma de fertilizantes sintéticos, y el 15% del fósforo, junto con suficiente agua para regar el 15% de los cultivos de regadío en el mundo". La recuperación del nitrógeno y el fósforo de las aguas residuales está cobrando importancia, aunque las soluciones actuales pueden requerir muchos recursos y tienen una gran demanda de energía. Por otra parte, la reutilización de las aguas residuales tratadas está aumentando para muchos fines, también como agua potable.
Las soluciones tecnológicas y de diseño para la gestión de las aguas residuales avanzan a pasos agigantados. Pero los expertos advierten que, para avanzar, el factor humano –la percepción y la concienciación del público– también es clave. Por ejemplo, en lo que respecta a la reutilización del agua, encuestas recientes han revelado que el público está más abierto a la reutilización de las aguas residuales de lo que el sector del agua ha creído históricamente. Normalmente evitamos hablar de los excrementos humanos y de lo que ocurre con ellos, pero el debate es esencial para concienciar e impulsar un cambio que permita afrontar los retos relacionados con el saneamiento.
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